Con la mochila preparada: ANECDOTARIO- II Venezuela año 2002- "El Caiman"

Venezuela, año 2002
Con mi compañero Manuel llegamos a Ciudad Bolívar, a orillas del rio Orinoco con la intención de ver el Salto del Ángel, la catarata más alta del mundo (979 mts) ubicada en el no menos espectacular Parque Nacional Canaima, uno de los parajes naturales más bellos del planeta. Toda una aventura dada la dificultad de llegar a tan remotos parajes.
Lamentablemente nuestro compañero Sebastian se fué a la costa por no poder vacunarse contra la malaria. Después nos encontraríamos en otro punto de Venezuela.

Al P.N. Canaima no se puede llegar por tierra por lo que hay que tomar un avión o avioneta hasta el aeródromo del Parque Nacional.
Desde el aeropuerto de Ciudad Bolívar , con un avión "decente", era más caro por lo que como buenos mochileros "Low-Cost" buscamos las opción más barata que era cuatro horas en autobús hasta el aeródromo de La Paragua y desde allí en avioneta Cessna de 5 plazas a Canaima.

Este pequeño aeródromo se utiliza también para llevar víveres a las minas ubicadas en lugares remotos donde es muy difícil o imposible llegar por tierra. De hecho, cuando nos volvimos de Canaima el Comandante desmontó los asientos de la avioneta para cargar sacos de cereales.

Cuando llegamos al aeródromo escuchamos decir a los turistas ingleses que nos precedían en el vuelo anterior :
—Yo ahí no me subo—
Su guia intentaba de convencerlos de que el vuelo era seguro y que no pasaba nada.
— Que no, que no me subo—
Entonces nos ofrecieron de ocupar nosotros el viaje previsto para ellos, a lo cual accedimos contentos de poder llegar antes de lo previsto. También nos acompañó un italiano.

A primera vista la avioneta tenía un trozo de cinta americana pegada en la cola.
—Bueno, si van y vienen a menudo y no pasa nada, no será tan importante, será como reparan por aquí las avionetas— pensé tragando saliva e intentando auto convencerme.

Yo, sentado de copiloto con la mochila entre las piernas , apretado contra el salpicadero y la guantera. A mi izquierda el Comandante y detrás mi compañero Manuel y el italiano.

"Que sea lo que Dios quiera"

Durante el corto vuelo ( no recuerdo si 20-30 minutos) sobre una espectacular selva y afluentes del Orinoco, el simpático Comandante nos cuenta entre risas que años atrás había tenido un accidente y cayó al río.
Alguien del equipo de rescate, desde el aire vió algo que se movía abajo en el río:
—¡Es él!—
—No, no es él, es un caimán— replicó el compañero
—¡Que sí, que si es el piloto!
Fué felizmente rescatado con vida y desde entonces lo apodan "El Caiman"
Mientras nos reíamos, detrás, el italiano echaba hasta la primera papilla en la bolsa de los mareos.

Los cascos auriculares del Comandante los tenía pegados con cinta adhesiva. Realmente no sé para que los utilizaba porque nos dijo que no había comunicación con tierra.

Yo, curioseando en la guantera de la avioneta saqué "los papeles" , donde aparecía que era una CESSNA ¡del año 1960!.
—¡Comandante, ¿habrá pasado la ITV, no? —
—¡No te preocupes, este aparato es lo mejor que hay!. Solo necesita agua y aceite— me replicó.
—Bueno, ya estoy más tranquilo— «glub..»

Finalmente aterrizamos sanos y salvos en Canaima, embarcamos en una canoa de madera manejada por los expertos indios pemones y después de cruzar la Laguna de Canaima con sus espectaculares cataratas Salto Ucaima, Salto Golondrina y Salto Hacha encaramos rio arriba el río Caroní durantes tres horas hasta un sencillo campamento con hamacas, teniendo que bajar a empujar la canoa de vez en cuando por el poco caudal en esa época seca.
Al día siguiente continuamos rio arriba hasta la base del Tepuy (montaña alta con paredes verticales y cima plana tipica de esa zona) desde donde 979 metros más arriba cae el Salto del Ángel).

La sensación de estar en ese lugar del planeta es indescriptible.